lunes, 15 de octubre de 2007
No quiero empezar estas líneas diciendo como fue que murió, no me interesa, me duele más el pensar que esta muerto. Además nadie esta más muerto que aquel al cual se le tiene en el olvido.
Su nombre fue José Humberto García Navarrete, yo lo conocí por el “SERAS”, no se si era con “C” o con “S”, eso no es importante, eso ni siquiera debe importar, era buen amigo, era buen camarada pues, los que convivimos con el, no le recordamos como alguien dispuesto a pelearse con alguien, no de palabra o físicamente, al menos así lo recuerdo yo.
Cuando alguien muere, casi la mayor parte de las veces, los que fuimos amigos o compañeros de esta persona, dejamos de lado su vida y a veces solo recordamos lo bueno que fueron, el no se si fue buena persona o si acaso lo fue malo, no soy yo quien deba juzgarlo, no me interesa en este momento, además que caso tiene decir como fue en su vida personal, cada quien su vida, solo se, que en su compañía no tengo nada y se que el, tampoco podría reclamarme nada.
No fue mi gran amigo, mentiría si lo dijera, fue un buen amigo y ya. Hombre alegre, vivaracho, bebedor, como la gran mayoría lo somos, jamás le oí una mala palabra, jamás le escuche que se refiriera a la vida en forma de reproche, aunque se, que como yo y muchos mas, vivimos nuestra vida, DESEANDO QUE HUBIERA O SEA DE OTRA MANERA. Si la platica era amena, su compañía también lo era, si alguno le era molesto, el en su mayoría de ocasiones, buscaba la salida, dejando a ese que molestaba, que buscara a otro, el no necesitaba mas molestias en su vida.
Fue deportista, jugando en los equipos de Unión Obrera, en veteranos en master, en una reserva que yo forme. Recuerdo aquella vez en que jugamos un amistoso en La Toriz, dio un buen juego, nos marcaron un penal y le pedimos que el lo ejecutara, se perfilo, tiro y lo fallo, nada reclamamos, todo era alegría, la misma que el ponía al jugar.
Por eso y por mucho, se vio a muchos que en vida le conocieron, presentes en su velorio, yo no. Muy pocas veces asisto a esos momentos, no le veo razón de peso, solo el velorio de mi hermana Marisela, quien falleció en el 2001, necesariamente mi vida me obligaba a estar ahí, no por el lazo familiar, si no por el amor que le tenia a esa pequeña, nada mas doloroso me ha pasado aun en la vida. Pero el velorio de “MI SERAS”, no era lugar para mi, el, será recordado por su amistad, fue buen amigo y donde quiera que el este, pues solo el lo sabe ahora, sabrá, si es que esto es posible, que duele su partida de esta vida, duele y duele en serio. ADIOS MI SERITAS